domingo, 26 de febrero de 2012

¡Sentir… Que veinte años no es nada…..! Sobre algunas inercias y resistencias al cambio, a propósito del ANMEB.


¡Sentir… Que veinte años no es nada…..! Sobre algunas inercias y resistencias al cambio, a propósito del ANMEB.


por Salvador Villarreal González
salvadorvglz@yahoo.com.mx


El presente texto retoma  la temática del anterior que escribí en el año 2003 titulado  “Notas sobre el Avance del Programa Educativo Coahuila 2001-2005, Proceso de Federalización.” Ayer como hoy, vuelvo a encontrar las mismas creencias y confusiones sobre lo “federal” y “estatal” en educación. Pero en el 2003 era apenas a casi 10 años de distancia respecto al Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) y su puesta en operación desde 1992. 

En el 2003 me motivó el escribir esas “Notas” al encontrarme en las oficinas de la SEPC  ventanas de pago de Nómina, en una decía “Estatales” y en otra “Federales”, cuando en todo caso debiera decir “Federalizados”. Empiezas a oir comentarios sobre docentes o instituciones que se señalan o consideran como “federales” y todos los demás “aceptan” como si fuera cierto. En el Directorio de la Sección Amarilla, de Telmex, Saltillo 2002-2003 (a diez años del ANMEB) te encuentras en la página de “escuelas”, escuelas cuyos nombres principan con las denominaciones siguientes: “Esc. Fed.”; “Esc. Sec. del Estado”;  “Esc. Sec. Fed.”; “Escuela Primaria Federal”; etc. También hay nombres de escuelas sin los distingos entre federal o estatal. Lo cierto es que ya ni existen "escuelas federales", salvo las de CONAFE; todas las escuelas públicas de educación básica de Coahuila son estatales. Pero, ciertamente hay una hetereogeneidad de criterios en la denominación de las instituciones educativas en Coahuila y que muchas de ellas no responden a las nuevas condiciones políticas e incluso mantienen una falsa idea al respecto, porque simplemente son nombres asignados en otra época. Pero,  ¿qué no diebiera haber una reorganización al respecto, en la planeación y administración educucativa en el estado? Y hoy en día, a 20 años de distancia, se mantienen dichas creencias y confusiones.


Recordemos que el 18 de mayo de 1992, se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB)[1], mediante el cual el gobierno federal, a través de la SEP, transfirió a los gobiernos de los estados los servicios de educación básica y los de formación inicial y en servicio de los docentes. El ANMEB fue signado por el Ejecutivo Federal, Carlos Salinas de Gortari; por el Secretario de Educación Pública,  Ernesto Zedillo Ponce de León; por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,  la Secretaria General del Comité  Ejecutivo Nacional, Profra. Elba Esther Gordillo Morales; y por todos los gobernadores en turno, por Coahuila, Eliseo Mendoza Berrueto. Y que algunos de los elementos más relevantes a  su letra dicen:

“En consecuencia, el Ejecutivo Federal traspasa y el respectivo gobierno estatal recibe, los establecimientos escolares con todos los elementos de carácter técnico y administrativo, derechos y obligaciones, bienes muebles e inmuebles, con los que la Secretaría de Educación Pública venía prestando, en el estado respectivo, hasta esta fecha, los servicios educativos mencionados, así como los recursos financieros utilizados en su operación.” (ANMEB, 1992, p.8)

“El Ejecutivo Federal se compromete a transferir recursos suficientes para que cada gobierno estatal se encuentre en condiciones de elevar la calidad y cobertura del servicio de educación a su cargo, de hacerse cargo de la dirección de los planteles que recibe, de fortalecer el sistema educativo de la entidad federativa, y cumplir con los compromisos que adquiere en este Acuerdo Nacional.” (ANMEB, 1992, p.9)

“Cada gobierno estatal, por conducto de su dependencia u organismo competente, sustituirá al titular de la Secretaría de Educación Pública en las relaciones jurídicas existentes con los trabajadores adscritos a los planteles y demás servicios que se incorporan al sistema educativo estatal.” (ANMEB, 1992, p.9)

“Los gobiernos de los estados reconocen al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación como el titular de las relaciones laborales colectivas de los trabajadores de base que prestan sus servicios en los establecimientos y unidades administrativas que se incorporan al sistema educativo estatal.” (ANMEB, 1992, p.9).


A todo este proceso de transferencia y de nuevas responsabilidades sobre las funciones educativas de los gobiernos federal y estatales se le denominó “federalización”, y ello quedó plasmado en la nueva Ley General de Educación (1993)[2], como un capítulo de “federalismo educativo”, particularmente en los artículos del 12 al 17 inclusive.


De acuerdo a las características de desarrollo de cada estado, este proceso es único y singular. En Coahuila, durante dicho periodo, el 80% de las instituciones educativas públicas de educación  básica eran de carácter federal, y solo un 20% de carácter estatal. Y se trata de una proporción promedio, es decir, equivalente tanto en infraestructura, personal y alumnado. Y si al proceso se le denominó “federalización” a todo lo transferido se le denominó por extensión y diferencia de control administrativo: “federalizado”.

En Coahuila, el 18 de mayo de 1992 el Ejecutivo del estado crea el Instituto de Servicios Educativos del Estado de Coahuila (ISEEC), dependiente de la SEPC, sobre el cual recae la responsabilidad de administrar los establecimientos educativos transferidos, así como asumir la relación laboral de los trabajadores federalizados, es decir, los adscritos a la sección 5 y a los que corresponden a Coahuila de la sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Sin embargo, en rubro de personal para el 2003, la composición de los servicios públicos de educación básica en el estado es de un 73% con personal federalizado y un 27% con personal estatal. Por otra parte, en Coahuila existen tres secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; la sección 5, con personal de sostenimiento federalizado se corresponde al 48% que labora en el sector educativo; la sección 35, con personal de sostenimiento federalizado de la región Laguna con el 25%, y la sección 38, con personal de sostenimiento estatal comprende el 27%.

Para el Gobierno de Coahuila, como para cualquier otro, la “federalización” representó no solo una nueva responsabilidad administrativa sino también una nueva responsabilidad financiera. Había diferencias importantes en salarios y prestaciones; la federalización  significó también un Acuerdo de Homologación de categorías y puestos, de salarios y prestaciones; es decir lo que implicaba un incremento financiero en el rubro de educación, pero con la construcción de un sistema estatal de educación. Falta saber hasta qué grado de avance lleva este proceso de homologación de personal.


A pesar de conformarse una Secretaría de Educación, y de constituirse luego una Subsecretaría de Educacion Básica, que de alguna manera debiera coordinar  todas las instituciones públicas educativas del nivel existentes en el estado, siguen vigentes dos estructuras adminstrativas en forma paralela (Direcciónes de Inicial federalizada y Direcciónes de Inicial estatal; Dirección de Preescolar federalizada y Dirección de Preescolar estatal; Dirección de Primaria federalizada y Dirección de Primaria estatal; Dirección de Secundaria federalizada y Dirección de Secundaria estatal; etc.).

Pero lo que me ha motivado nuevamente a escribir sobre el tema es que parece que veinte años no son nada o no ha habido la voluntad política de generar cambios estructurales importantes en la Secretaría de educación: porque aún vemos y oimos que  los docentes de las Escuelas Normales (educación superior) así como los docentes del propio nivel de referencia, siguen en la creencia de que las instituciones federales “tranferidas” son “federales”; es decir, creen que siguen dependiendo de la SEP y del Gobierno Federal.


Como antes lo señalé: Hoy en día, cuando se escucha decir: “ya salió el sol” o “ya se puso el sol”, nadie está pensando en que el Sol gira alrededor de la Tierra, sino al contrario. Es decir, a pesar de hablar como Ptolomeo, realmente pensamos como Copérnico. Sin embargo,  el hecho de que un padre, una madre de familia, o hasta un propio docente, vea que el nombre de la institución educativa hace alusión a su carácter federal o estatal,   resulta poco probable pensar que se trata de un “error”, o que se piense que se trata de una expresión de una época pasada, o de una falta de actualización en la denominación de las institucines, o de una omisión adminstrativa. Por el contrario, el padre, la madre o el docente, pensará que justamente se trata de una institución con dicho carácter “federal” o “estatal” y que su nombre así lo indica.

Pero no se trata de cambiar de “federal” a “federalizado”, sino de integrar un Sistema Estatal de Educación ; ¿por qué mantener la diferencia entre “federalizados” y “estatales”? ¿Aún hay maestros de primera y de segunda? Cómo va el proceso de homologación, es decir, un maestro de preescolar “federalizado” gana lo mismo y tiene las mismas prestaciones que un maestro de preescolar “estatal”?


A la adminstración en turno  le tocará hacer los cambios  pertinentes para avanzar en la federalización educativa, que no es otra cosa mas que la consolidación de un sistema estatal de educación, generar una cultura de identidad y cohesión, así como de prácticas conjuntas, lo que requiere un mayor trabajo de coordinación e interrelación entre personal de una misma modalidad o nivel, no sólo entre personal directivo, sino fundamentalmemnte entre el personal técnico y docente  de base.