domingo, 19 de agosto de 2012



Terminación de estudios, conclusión de una formación inicial en educación preescolar. (4)

“…la formación de los enseñantes es el problema clave dentro del sistema educativo, … la manera en que se forman los enseñantes (de acuerdo a ciertos objetivos, ciertos métodos, para ciertas prácticas, en qué sentido, etc.) ilustra  y determina la orientación de la escuela, …” (Ferry, 1990:11)[1]

FUNCION TUTORIAL Y FORMACIÓN INICIAL.

por Salvador Villarreal
salvadorvglz@yahoo.com.mx


Uno de los elementos clave de una buena Práctica de Trabajo Docente o práctica intensiva en condiciones reales de trabajo[2] es, sin duda, el que se refiere a la calidad de los «centros de prácticas», es decir, los jradines de niños de preescolar. Calidad de los centros y calidad de las experiencias formativas que ofrecen a nuestros estudiantes las maestras educadoras que fungen como Tutoras.

Afortunadamente, la Escuela Normal de Educación Preescolar (ENEP), a través de la  Dirección de  Educación  Normal y Actualización Docente, logró que la Secretaría de Educación y Cultura, aceptara el Diseño del Diplomado en Función Tutorial como tarea compartida entre la ENEP y las Instituciones de Práctica, que se ofrece a los docentes en servicio del nivel de educación preescolar.

El propósito de este Diplomado es el fortalecer el trabajo académico de las educadoras en servicio y las educadoras en formación a través de la revisión y análisis de elementos teóricos, así como de la reflexión de la práctica docente con la finalidad de impactar en una mejor función tutorial de los alumnos de la ENEP de séptimo y octavo semestre.

Anteriormente, esto no ocurría. Simplemente se tenían dos o tres reuniones generales con las tutoras y directivos de los jardines de niños. Muchas alumnas se quejaban de su experiencia de cuarto año con su tutora.

Generalmente no había una buena relación entre tutora y practicante, de hecho, muchas tutoras “abandonaban” prácticamente su grupo para dedicarse a otras actividades de gestión dentro del jardín, pero sin atender y apoyar a la alumna practicante. Otras, en cambio, hacían “una vida de cuadritos” la estancia de la practicante. Algunas decían que trataban a las practicantes como ellas fueron tratadas cuando también practicaron. Sin embargo, otras menos, las que tomaron conciencia de lo equívoco de esa relación en su formación, tratan de realizar prácticas alternativas con un espíritu más de solidaridad, de apoyo y formación.

Por eso, se necesitaba generar un compromiso de las tutoras para con la formación de las alumnas de licenciatura en educación preescolar, sentirse parte de una comunidad formativa interinstitucional, se necesitaba indicar cómo realizar la tutoría, cómo apoyar el trabajo de diseño, ejecución, evaluación, trabajo con padres y personal, y también el cómo traspasar la experiencia vivida como educadora, los “tips de trabajo” que sólo por la experiencia directa se adquieren, y además el cómo asegurar una buena relación entre ella y su tutorada, en fin, tener los mismo propósitos formativos con las alumnas practicantes y cómo evaluar ese proceso.

El Diplomado en Función Tutorial está dirigido a las educadoras que asumen este compromiso, como una alternativa para la actualización y mejora de su desempeño profesional. La duración del diplomado es de 40 hrs., con un valor escalafonario equivalente; dividido en 10 sesiones y cada sesión equivale a 4 horas por día.

Al finalizar el Diplomado pedimos a las tutoras realicen un breve ensayo sobre “Mis experiencias al trabajar como tutora de una educadora en formación” y en todos ellos encontramos este elemento de impacto formativo personal explícito:

 “Puedo decir que de esta experiencia yo también me he enriquecido adquiriendo competencias que puedo ver desde otro punto de vista (reflexionar y analizar mi propia práctica).” (AEFZ)

Ser tutora además de que fue una experiencia nueva para mí fue maravilloso, y muy productivo para ambas, porque siento que me entregué y compartí lo mejor de mí y mi experiencia; y ella, que puedo decir, lo tiene todo para ser una excelente educadora, lo digo con seguridad.” (MPM)

“En lo personal aprendí mucho, pues nunca antes había participado como tutora y era para mi un gran deseo serlo, no por el hecho de no estar directamente a cargo del grupo, sino para prepararme más para realizar mejor mi trabajo como docente, ya que no basta con acudir a cursos y asesorías de preparación profesional, lo que yo quería era observar a otra persona trabajar por Modalidades, ya que es algo en lo que estaba fallando, principalmente en la modalidad de Rincones.” (LERR)

“El binomio logrado entre la alumna y la docente favoreció de manera amplia el trabajo en el aula, ambas fuimos el complemento perfecto para proponer, diseñar y aplicar   actividades novedosas y ricas en aprendizajes para los niños. … El asistir al Diplomado de la ENEP fue otro aspecto que me permitió reforzar mis saberes, enriquecer mi práctica y a la vez reorientar de mejor manera las actividades llevadas a cabo por la alumna practicante.”  (BMDB)

“Tuve experiencias como tutora aprendiendo también de la practicante, observando su actitud, las actividades que aplica, las estrategias que utiliza para controlar al grupo, la atención que les da a los niños; el aprender tanto yo de ella como ella de mí, apoyarnos y tener comunicación con los padres de familia,…involucrarnos en el trabajo mutuo.” (EIDM)

“Cabe señalar que como educadora, retroalimenté mi práctica docente, trabajando de manera conjunta en el aula al intercambiar ideas y puntos de vista, al tener definida la competencia a favorecer y el logro de los aprendizajes esperados, al planear actividades dinámicas para propiciar la interacción entre los compañeros del grupo…Reitero mi comentario de la experiencia que significó la tutoría, siendo una aprendizaje como educadora, que con el ejemplo del trabajo y apoyo mutuo se logró en ambas crecer profesionalmente.” (CABL)

“En lo personal, el ser tutora por segunda ocasión me ha permitido ir mejorando cada vez más mis conocimientos y ampliando mis capacidades permitiéndome estar continuamente abierta al cambio, al estar en contacto con las nuevas generaciones que me permiten autoanalizar mi práctica, haciendo posible diversas modificaciones que son necesarias para ser más competente y lograr aportar lo mejor de mí a las educadoras en formación.” (LAFP)

En este sentido, la educadora-Tutora juega un papel fundamental en la formación inicial en este periodo de práctica intensiva en condiciones reales de trabajo, la tutora proporciona la primera imagen del mundo profesional de la docencia en dicho nivel educativo, la alumna conocerá un estilo y modelo profesional de trabajo en preescolar, pero para diferenciarse y construir el suyo propio.

Generalmente aceptamos por hecho que las tutoras ejercen un efecto formativo positivo en las practicantes, siempre y cuando realicen “actividades de tutoría”. De hecho, hay una evaluación formal que realiza la tutora sobre la alumna en cada periodo de Trabajo Docente, en las Jornadas de Observación y Práctica, y se triangula con el Diario de la Educadora, donde por día o por semana la educadora señala las fortalezas y debilidades observadas en la alumna y los retos que debe afrontar. Sin embargo, falta una evaluación formal de la practicante a la tutora. Claro que si hoy preguntamos a nuestras alumnas sus experiencias con las tutoras, la mayoría comentará aspectos muy positivos y recuerdos entrañables de su apoyo a su práctica y hasta en su vida personal.

Pero desafortunadamente no hay aún un trabajo de investigación sobre ¿Cuál es el impacto formativo real que tienen las tutoras en las practicantes? y mucho menos sobre cuál es el impacto formativo que tiene la “tutoría” en la propia tutora, ¿tiene algún cambio positivo la práctica docente de la educadora que realizó prácticas de tutoría? Aparte del efecto positivo que las tutoras ejercen en nuestras alumnas, estamos convencidos de que el Diplomado tiene un efecto formativo en las propias tutoras, las hace “despegarse” o “descentrarse” de su práctica docente y tratarla como un objeto de análisis, vista en la práctica docente del tutorado. Este es un asunto aún poco investigado por las Escuelas Normales.

Como quiera, es evidente que el Diplomado en Función Tutorial es una acertada acción de la ENEP para fortalecer el trabajo de tutoría y obtener el mejor apoyo interinstitucional en el proceso formativo de las alumnas en formación.



[1] Ferry, Gilles (1990) El trayecto de la formación. Los enseñantes entre la teoría y la práctica. México, UNAM-ENEP-Iztacala-Paidós.

[2] “c) Práctica intensiva en condiciones reales de trabajo. Ocupa la mayor parte de los dos últimos semestres de la formación. En ellos, los estudiantes se hacen cargo de un grupo de educación preescolar con la asesoría continua de un maestro tutor, que será seleccionado por su competencia a partir de un perfil preestablecido, con el apoyo y seguimiento del personal docente de la escuela normal.” (SEP, 2002, p. 34)

SEP (2002) Plan de Estudios 1999 Licenciatura en Educación Preescolar. Docuemntos Básicos. México:SEP. Disponible en:



2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante lo del Diplomado. Sin embargo, hay algunas Escuelas Normales que consideran que la Tutoría es un "estorbo" para la realización efectiva y plena del alumno, y que muchas veces no siguen las indicaciones del Asesor por el "empalme" de indicaciones y contraindicaciones de la Tutora. Y justamente ante esto proponen que los alumnos realicen dichas práctica en condiciones reales de trabajo solamente apoyados por el o la maestra Asesora. Qué piensas?

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