Terminación de estudios, conclusión de una formación
inicial en educación preescolar. (4)
“…la
formación de los enseñantes es el problema clave dentro del sistema educativo,
… la manera en que se forman los enseñantes (de acuerdo a ciertos objetivos,
ciertos métodos, para ciertas prácticas, en qué sentido, etc.) ilustra y determina la orientación de la
escuela, …” (Ferry, 1990:11)[1]
FUNCION
TUTORIAL Y FORMACIÓN INICIAL.
por Salvador Villarreal
salvadorvglz@yahoo.com.mx
por Salvador Villarreal
salvadorvglz@yahoo.com.mx
Uno de los elementos clave de
una buena Práctica de Trabajo Docente o práctica intensiva en condiciones
reales de trabajo[2] es, sin
duda, el que se refiere a la calidad de los «centros de prácticas», es decir,
los jradines de niños de preescolar. Calidad de los centros y calidad de las
experiencias formativas que ofrecen a nuestros estudiantes las maestras
educadoras que fungen como Tutoras.
Afortunadamente, la
Escuela Normal de Educación Preescolar (ENEP), a través de la Dirección de Educación
Normal y Actualización Docente, logró que la Secretaría de Educación y
Cultura, aceptara el Diseño del Diplomado en Función Tutorial como tarea
compartida entre la ENEP y las Instituciones de Práctica, que se ofrece a los docentes en servicio del nivel
de educación preescolar.
El propósito de este
Diplomado es el fortalecer el trabajo académico de las educadoras en servicio y
las educadoras en formación a través de la revisión y análisis de elementos
teóricos, así como de la reflexión de la práctica docente con la finalidad de
impactar en una mejor función tutorial de los alumnos de la ENEP de séptimo y
octavo semestre.
Anteriormente, esto
no ocurría. Simplemente se tenían dos o tres reuniones generales con las
tutoras y directivos de los jardines de niños. Muchas alumnas se quejaban de su
experiencia de cuarto año con su tutora.
Generalmente no había
una buena relación entre tutora y practicante, de hecho, muchas tutoras
“abandonaban” prácticamente su grupo para dedicarse a otras actividades de
gestión dentro del jardín, pero sin atender y apoyar a la alumna practicante.
Otras, en cambio, hacían “una vida de cuadritos” la estancia de la practicante.
Algunas decían que trataban a las practicantes como ellas fueron tratadas
cuando también practicaron. Sin embargo, otras menos, las que tomaron
conciencia de lo equívoco de esa relación en su formación, tratan de realizar
prácticas alternativas con un espíritu más de solidaridad, de apoyo y
formación.
Por eso, se necesitaba generar un compromiso de las
tutoras para con la formación de las alumnas de licenciatura en educación
preescolar, sentirse parte de una comunidad formativa interinstitucional, se
necesitaba indicar cómo realizar la tutoría, cómo apoyar el trabajo de diseño,
ejecución, evaluación, trabajo con padres y personal, y también el cómo
traspasar la experiencia vivida como educadora, los “tips de trabajo” que sólo
por la experiencia directa se adquieren, y además el cómo asegurar una buena
relación entre ella y su tutorada, en fin, tener los mismo propósitos
formativos con las alumnas practicantes y cómo evaluar ese proceso.
El Diplomado en Función Tutorial está dirigido a las
educadoras que asumen este compromiso, como una alternativa para la
actualización y mejora de su desempeño profesional. La duración del diplomado
es de 40 hrs., con un valor escalafonario equivalente; dividido en 10 sesiones
y cada sesión equivale a 4 horas por día.
Al finalizar el Diplomado pedimos a las tutoras
realicen un breve ensayo sobre “Mis experiencias al trabajar como tutora
de una educadora en formación” y
en todos ellos encontramos este elemento de impacto formativo personal
explícito:
“Puedo decir que de esta experiencia yo también me he
enriquecido adquiriendo competencias que puedo ver desde otro punto de vista
(reflexionar y analizar mi propia práctica).” (AEFZ)
“Ser tutora además de que fue una experiencia
nueva para mí fue maravilloso, y muy productivo para ambas, porque siento que
me entregué y compartí lo mejor de mí y mi experiencia; y ella, que puedo
decir, lo tiene todo para ser una excelente educadora, lo digo con seguridad.” (MPM)
“En lo personal aprendí mucho, pues
nunca antes había participado como tutora y era para mi un gran deseo serlo, no
por el hecho de no estar directamente a cargo del grupo, sino para prepararme
más para realizar mejor mi trabajo como docente, ya que no basta con acudir a
cursos y asesorías de preparación profesional, lo que yo quería era observar a
otra persona trabajar por Modalidades, ya que es algo en lo que estaba
fallando, principalmente en la modalidad de Rincones.” (LERR)
“El binomio logrado entre la alumna y
la docente favoreció de manera amplia el trabajo en el aula, ambas fuimos el
complemento perfecto para proponer, diseñar y aplicar actividades novedosas y ricas en aprendizajes para los
niños. … El asistir al Diplomado de la ENEP fue otro aspecto que me permitió
reforzar mis saberes, enriquecer mi práctica y a la vez reorientar de mejor
manera las actividades llevadas a cabo por la alumna practicante.” (BMDB)
“Tuve experiencias como tutora
aprendiendo también de la practicante, observando su actitud, las actividades
que aplica, las estrategias que utiliza para controlar al grupo, la atención
que les da a los niños; el aprender tanto yo de ella como ella de mí, apoyarnos
y tener comunicación con los padres de familia,…involucrarnos en el trabajo
mutuo.” (EIDM)
“Cabe señalar que como educadora,
retroalimenté mi práctica docente, trabajando de manera conjunta en el aula al
intercambiar ideas y puntos de vista, al tener definida la competencia a
favorecer y el logro de los aprendizajes esperados, al planear actividades
dinámicas para propiciar la interacción entre los compañeros del grupo…Reitero
mi comentario de la experiencia que significó la tutoría, siendo una
aprendizaje como educadora, que con el ejemplo del trabajo y apoyo mutuo se
logró en ambas crecer profesionalmente.” (CABL)
“En lo personal, el ser tutora por
segunda ocasión me ha permitido ir mejorando cada vez más mis conocimientos y
ampliando mis capacidades permitiéndome estar continuamente abierta al cambio,
al estar en contacto con las nuevas generaciones que me permiten autoanalizar
mi práctica, haciendo posible diversas modificaciones que son necesarias para
ser más competente y lograr aportar lo mejor de mí a las educadoras en
formación.” (LAFP)
En este sentido,
la educadora-Tutora juega un papel fundamental en la formación inicial en este
periodo de práctica intensiva en condiciones reales de trabajo, la tutora
proporciona la primera imagen del mundo profesional de la docencia en dicho
nivel educativo, la alumna conocerá un estilo y modelo profesional de trabajo
en preescolar, pero para diferenciarse y construir el suyo propio.
Generalmente aceptamos por hecho que las tutoras
ejercen un efecto formativo positivo en las practicantes, siempre y cuando
realicen “actividades de tutoría”. De hecho, hay una evaluación formal que
realiza la tutora sobre la alumna en cada periodo de Trabajo Docente, en las
Jornadas de Observación y Práctica, y se triangula con el Diario de la
Educadora, donde por día o por
semana la educadora señala las fortalezas y debilidades observadas en la alumna
y los retos que debe afrontar. Sin embargo, falta una evaluación formal de la
practicante a la tutora. Claro que si hoy preguntamos a nuestras alumnas sus
experiencias con las tutoras, la mayoría comentará aspectos muy positivos y recuerdos entrañables de su apoyo a su práctica y hasta en su vida personal.
Pero desafortunadamente no hay aún un trabajo de
investigación sobre ¿Cuál es el impacto formativo real que tienen las tutoras
en las practicantes? y mucho menos sobre cuál es el impacto formativo que tiene
la “tutoría” en la propia tutora, ¿tiene algún cambio positivo la práctica
docente de la educadora que realizó prácticas de tutoría? Aparte del efecto
positivo que las tutoras ejercen en nuestras alumnas, estamos convencidos de
que el Diplomado tiene un efecto formativo en las propias tutoras, las hace
“despegarse” o “descentrarse” de su práctica docente y tratarla como un objeto
de análisis, vista en la práctica docente del tutorado. Este es un asunto aún poco investigado por las Escuelas Normales.
Como quiera, es evidente que el Diplomado en Función
Tutorial es una acertada acción de la ENEP para fortalecer el trabajo de
tutoría y obtener el mejor apoyo interinstitucional en el proceso formativo de
las alumnas en formación.
[1] Ferry, Gilles (1990) El trayecto de la formación.
Los enseñantes entre la teoría y la práctica. México,
UNAM-ENEP-Iztacala-Paidós.
[2] “c) Práctica intensiva en condiciones
reales de trabajo. Ocupa la mayor parte de los dos últimos semestres de la formación. En
ellos, los estudiantes se hacen cargo de un grupo de educación preescolar con la
asesoría continua de un maestro tutor, que será seleccionado por su
competencia a partir de un perfil preestablecido, con el apoyo y seguimiento del personal
docente de la escuela normal.” (SEP, 2002, p. 34)
SEP (2002) Plan de Estudios 1999 Licenciatura en
Educación Preescolar. Docuemntos Básicos. México:SEP. Disponible en:
BIEN!
ResponderEliminarMe parece muy interesante lo del Diplomado. Sin embargo, hay algunas Escuelas Normales que consideran que la Tutoría es un "estorbo" para la realización efectiva y plena del alumno, y que muchas veces no siguen las indicaciones del Asesor por el "empalme" de indicaciones y contraindicaciones de la Tutora. Y justamente ante esto proponen que los alumnos realicen dichas práctica en condiciones reales de trabajo solamente apoyados por el o la maestra Asesora. Qué piensas?
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